22 de enero de 2012

Ensayo Dios es Redondo


“El fútbol no es una cuestión de vida o muerte; es más importante que eso”.
Bill Shankly
Dios es redondo
El futbol como espejo del mundo actual
El diccionario de la real academia de la lengua española nos dice que el futbol es “el Juego
entre dos equipos de once jugadores cada uno, cuya finalidad es hacer entrar un balón por una
portería conforme a reglas determinadas, de las que la más característica es que no puede ser
tocado con las manos ni con los brazos”. Suena demasiado sencillo ¿no creen? entonces ¿por
que el futbol se ha convertido en un pilar de la sociedad contemporanea? ¿por que cada dia se
mueve mas dinero e intereses en torno a este deporte? ¿por que la violencia se ha apoderado
de los estadios? ¿por que una pelota trae de cabeza al mundo?
Se podria considerar una blasfemia decir que el futbol es el nuevo dios, pero los datos saltan
a la vista, es el deporte mas popular lo practican al rededor de 270 millones de personas al
rededor del mundo, en el cual se gasta mas dinero, es de los deportes mas accesibles, ¿quien
no jugo futbol con un bote de frutsi en la escuela? incluso la FIFA tiene mas paises asociados a
su organizacion que la propia ONU
Por consiguiente ubicar al más más popular de los deportes como un reflejo de las luces y
sombras de las sociedades actuales es bastante logico. El fútbol es el espejo del mundo en
que vivimos y, por lo tanto, de lo que ocurre en la vida real, que cuenta con excesos como el
racismo, la violencia o la comercialización desmedida.
El juego moderno fue creado en Inglaterra tras la formación de la Football Association, cuyas
reglas de 1863 son la base del deporte en la actualidad.
México no podía quedar al margen de la influencia de este deporte, tan popular ya en otras
partes del mundo, y por los años de 1898 se tienen noticias que tanto los Hermanos Maristas
como los Jesuitas en sus colegios hacían practicar este deporte a sus alumnos. Cuando los
ingleses, Mineros en Pachuca, e Hilanderos en Orizaba, empezaron a practicarlo, encontraron
campo propicio, por aquella semilla latente, y pronto se popularizó y fue jugado en público.
La historia oficial del fútbol en México comienza a principios del siglo, cuando una empresa
minera organiza el equipo Pachuca Athletic Club. Las empresas de origen extranjero fueron las
primeras en difundir el deporte, entre ellas las inglesas y las francesas.
El fútbol se encuentra sometido a dos terribles amenazas: el aburrimiento y la violencia. El
drama que constituye todo buen partido tiene mucho en común con el desarrollo de una buena
obra de teatro. Durante un tiempo crece la emoción hasta que el clímax conduce a la resolución
de la tensión. En los encuentros de fútbol, al contrario de lo que sucede en cines o teatros, el
espectador dispone de muchos más recursos para expresar y transmitir sus emociones. Los
hinchas, los vecinos de asiento, los jugadores, el equipo arbitral o los aficionados del equipo
rival que también contemplan el partido conforman “el otro” ante quien expresar las emociones.
El fútbol, implica un tipo de conflicto en el que se entrelazan de modo sutil o descarado formas
de interdependencia, hostilidad, cooperación y formación de grupos antagónicos que incluso se
excluyen con una fuerza a veces cargada de un odio que puede llegar a la violencia. Es notorio
que todo ello despierta emociones de muy distinta índole: a veces placenteras y en ocasiones
dolorosas. Un marco de estas características conlleva una compleja y variable mezcla de
comportamientos racionales e irracionales.
Al mismo tiempo, la relación que los equipos de fútbol establecen con el espectador da espacio
y albergue al cultivo de ideologías que pueden llegar a ser diametralmente opuestas. Esto
confirma que el fútbol también juega con la metáfora de la guerra y del entrenamiento militar.
En demasiados equipos se alienta la dureza, la agresividad de los hinchas y el nacionalismo.
Los Juegos Olímpicos y la Copa del Mundo propician las únicas ocasiones, en tiempo de
paz, en las que los Estados se reúnen para competir entre sí de modo regular y visible. Por
fortuna, salvo alguna lesión cada vez más infrecuente, nadie muere. Pese a ello, la presión
social ejercida sobre futbolistas, entrenadores y directivos es enorme. Cuando el prestigio
nacional, y el dinero están en juego meter goles y alcanzar la victoria es decisivo. El aumento
o la disminución del orgullo depende en buena medida de los resultados. A la vista de todo
lo anterior es fácil coincidir con Pascal Boniface, autor del libro de referencia, La terre es
ronde comme un balloon: geopolitique du football, (Seuil, 2002) cuando afirma del fútbol que
es “el más mundial de los fenómenos”. Desde luego está más extendido por el planeta que la
democracia.
El fútbol ya no es ese sitio donde amateurs amaban la pelota, más bien se ha convertido en
un mercado de carne dirigido por traficantes de hombres, las marcas, los patriotismos, la
publicidad y la televisión tienen el poder. Nos dicen que a tal hora tenemos que estar firmes
ante el televisor, cantando el himno, pintorreados y ebrios de venganza o de lo otro, y vamos
y lo hacemos. Pero en algún rinconcito del alma humana aún debe permanecer ese espíritu
lúdico que considera esto como un juego donde uno puede hacerle una sombrerito al defensa.
Difícil verlo así, pero no imposible. De hecho nadie quiere ver un partido amistoso, el mismo
nombre mueve a risa porque lo que cuenta es la lucha, no el resultado, la guerra por otros
medios, la competición pura, la humillación. Ni imaginar quiero un Afganistan-EEUU en el
próximo mundial. O sí, porque a lo mejor en el campo nos daban una lección, o a lo peor se
liaban a golpes y así se zanjaba el conflicto
Eso es lo valioso del fútbol, aunque a veces se sale de control y se dan los fenómenos de la
violencia, racismo y xenofobia, todas las lacras que también tiene el fútbol, porque es un espejo
de la sociedad y no deja de reflejar sus problemas

No hay comentarios:

Publicar un comentario